Un vez más y con el mes de septiembre llega la vuelta al "cole" y con ella el estudio y el trabajo de profesores y alumnos. Este nuevo cursos es diferente de los anteriores porque las noticias sobre la enseñanza provocan que uno se deprima un poco más de lo habitual en todo comienzo de curso. Ahora cuatro o cinco años después, y tras un verano agitadito, nos estamos dando cuenta de la enorme crisis que nos ha caído encima, como si de una maldición bíblica se tratase, proporcional a la ingente burbuja de bienestar económico en la que durante muchos años hemos vivido instalados. En fin, que espero y deseo que el placer de acercar la lectura a nuestros niños y niñas sea un refugio que nos resguarde de los desalientos de ver recortes en los presupuestos educativos. Así sea.
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